En primer lugar señalar que este método ya esta en uso en España, con varias zonas en el territorio con estos dispositivos, como, por ejemplo, el Túnel de Guadarrama de la A6
Este método consiste en calcular la media empleada por un vehículo en tramos de unos 10 kilómetros.
El mecanismo es el siguiente, sobre cada uno de los carriles de una autovía o autopista se colocan cámaras fotográficas digitales equipadas con un sistema de reconocimiento de matrícula (OCR) y un reloj.
Se instalan 2 cámaras por carril que tenga la vía, estando separadas por una distancia alrededor de unos 10 kilómetros, cuando un coche pasa por el primer control la cámara equipada con el OCR reconoce la matricula, y envía el dato al centro de control de trafico: la matricula XXX paso a las 10:30.
Al cabo de 10 kilómetros otra cámara reconoce otra vez la matricula y envía la hora a que paso por el punto que esta a 10 kilómetros del punto inicial X.
Ambas cámaras se encuentran conectadas a un programa informático situado en el centro de gestión de tráfico que calcula el tiempo de recorrido de cada vehículo y la velocidad media empleada.
Si la media de velocidad en el tramo supera el límite permitido, sabemos que el vehículo en cuestión ha infringido la ley como mínimo en algún punto de ese tramo y debe ser sancionado.
Tráfico considera más justo el nuevo método porque al medir la media no sanciona al conductor que en un momento de despiste o apuro aprieta el gas sino al que supera el límite durante bastantes kilómetros. Los tramos a controlar oscilarían entre los 8 y los 12 kilómetros de longitud. Más largos se estima que serían poco eficaces, los tramos a controlar tienen que cumplir una serie de requisitos como por ejemplo no debe tener entradas o salidas, pendientes o curvas pronunciadas, ni cambios en los límites de velocidad porque se desvirtuaría el cálculo.
También este sistema se considera más eficaz porque obliga a los conductores a levantar el pie del acelerador durante más kilómetros que con los radares.
El desarrollo técnico no presenta ningún problema. El sistema está en pruebas desde hace varios meses en un tramo de 12,110 kilómetros en la entrada de Madrid por la A-1 (autovía de Burgos) y «está perfectamente ajustado». Las cámaras reconocen alrededor del 85% de las matrículas de los coches y en cuanto éstos pasan bajo el segundo pórtico calcula la media en segundos.
Los datos que ofrece el ordenador son reveladores de un altísimo nivel de incumplimiento. Entre las dos y las tres de la tarde, el 67,1% de los coches superaban el límite de 120 km/h que rige en el tramo escogido. Varios pasaban incluso de los 180 km/h. Los operadores ya no se asustan si ven que la cifra que aparece en su pantalla supera los 200 km/h de media.
Este sistema no puede ser empleado en las carreteras convencionales, pero para las vías desdobladas resulta mucho más barato. Si instalar un radar cuesta unos 100.000 €,el nuevo sistema cuesta unos 25.000 € por tramo.
Contra este sistema los antirradares no son operativos ya que no emiten ninguna señal de radar, el único sistema que nos puede prevenir de la presencia de estos controles son los sistemas de aviso GPS.